RFID: Una revisión a la identificación por radiofrecuencia
Muy seguramente tu cabeza se llenó de dudas al leer el título de este artículo. Pero no te preocupes, en los siguientes párrafos te explicaré su significado y cómo este concepto está más presente en tu vida de lo que piensas. Además, la enorme influencia que puede alcanzar en la industria en un futuro próximo.
¿Qué es RFID?
Para empezar, es importante definir a RFID como las siglas de Radio Frequency Identification, al traducirlo al español es Identificación por radiofrecuencia. Esta es una tecnología donde se emplean ondas de radio para detectar un objeto y se logra mediante un dispositivo receptor, generalmente una etiqueta o pegatina, adherido al objeto.
Lo que lo diferencia de otros métodos de identificación o codificación, es que no es obligatorio su paso por un sensor; basta con entrar dentro del rango del transmisor de la señal. Además, con este sistema es posible conocer el posicionamiento del objeto, así como información referente al mismo.
Seguramente ya habías visto esta tecnología en acción sin darte cuenta. Un ejemplo es el sistema utilizado en el prototipo de tienda de autoservicio Amazon Go, lanzado por la ya conocida marca.
En este establecimiento el cliente inicia sesión al entrar y todo lo que vaya tomando se agrega automáticamente a su carrito de compras. Y en caso de que dejen el producto en algún punto de la tienda, este es eliminado de su carrito. Finalmente, cuando el usuario sale con sus compras se le realiza el cargo por los objetos adquiridos.
Dentro de todo este sistema, desarrollado y patentado por Amazon, una parte importante se basa en la identificación por radiofrecuencia. Con la cual, a través de una etiqueta adherida a cada artículo, es posible conocer el tipo de producto y su posicionamiento en tiempo real. Por lo que se puede identificar cuando el cliente lo toma o lo deja.
Como verás la RFID es un concepto que tiene una amplia gama de aplicaciones. Por tanto, en los siguientes apartados te daremos a conocer la importancia de la identificación por radiofrecuencia. De modo que, podrás identificar a fondo su funcionamiento con el objetivo de descubrir todas las capacidades de esta tecnología.
Historia de la identificación por radiofrecuencia
Para explicarte más a fondo cómo funciona esta tecnología, y el enorme alcance que puede tener, es necesario retroceder un poco a sus orígenes.
Existen fuentes que afirman que este sistema fue inventado alrededor de 1920 en el MIT. Sin embargo, no se tienen registros de su uso hasta 1938, por parte de Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. En la cual, se utilizaba con el objetivo de diferenciar a las aeronaves aliadas de las enemigas que entraban en territorio británico.
Con el tiempo esta tecnología continuó evolucionando, llegando al desarrollo de las etiquetas con su respectivo código que se adhieren al producto para tener su información. Pese a su constante avance, no fue sino hasta 1973 cuando se formalizó esta tecnología con la creación de la patente por parte de Mario Cardullo. Este personaje fue el que le dio forma a este sistema de identificación como lo conocemos hoy en día.
Desde entonces la RFID se ha ido consolidando con el tiempo como una tecnología indispensable para muchas empresas; tuvo un punto de inflexión muy marcado con la aparición del Internet de las Cosas (IoT) en los años noventa, lo que amplió el campo de aplicación de este sistema.
Asimismo, por estos años IBM implementó la UHF (Ultra High Frequency) o frecuencia ultra alta por su traducción al español. Lo cual le permitió alcanzar un mayor rango de operación, así como una menor interferencia.
Desde entonces, los avances tecnológicos en otras áreas han contribuido poco a poco reducir el costo de desarrollo y fabricación de la RFID. Además, se espera que, con el transcurso de la Cuarta Revolución Industrial se logre explotar el mayor potencial de esta tecnología.
¿Cómo funciona la identificación por radiofrecuencia?
Ahora que ya tienes un mejor contexto acerca de la identificación por radiofrecuencia, será importante conocer paso a paso el proceso para que funcione este sistema:
- El primer punto consiste en que el componente conocido como lector, envía una señal electromagnética a su alrededor.
- Dicha señal será deberá detectar al ya mencionado tag o etiqueta y recibir la información que contienen mediante un código.
- Este código deberá ser procesado mediante software, para acceder a una base de datos y recuperar la información almacenada.
- Finalmente, se le muestran los datos al usuario, junto con el posicionamiento del tag si se necesita, para realizar una acción. Incluso, el sistema mismo puede responder de forma automática si se realiza la programación adecuada.
En términos simples, este es el proceso que se lleva a cabo cuando utilizamos la identificación por radiofrecuencia.
La importancia del Tag
Como seguramente notaste, el tag es el componente principal para que todo este sistema funcione. Además, casi en su totalidad de los avances tecnológicos implementados para esta tecnología, son a través de este elemento. Por tanto, te resultará muy interesante comprender las especificaciones de esta pequeña etiqueta que es colocada en el objeto a identificar.
Antes que nada, debes saber que los tags requieren energía para poder activarse y así el lector pueda interpretar la información. Dicha característica es muy relevante porque clasifica a este elemento en dos tipos diferentes: tag pasivo y activo.
Tag pasivo
El primero, y más sencillo, es el llamado tag pasivo. Este modelo cuenta con un pequeño capacitor, el cual se carga al recibir la señal electromagnética emitida por el lector y se apaga al salir de su rango. Además, fue el primer tipo de tag desarrollado y en la actualidad se mantiene como el más popular debido a su sencilla fabricación y a su bajo costo (20 centavos de dólar aproximadamente).
De igual manera, es importante mencionar que tienen ciertas limitaciones. Una de ellas es su rango máximo de operación, el cual no supera los 9.1 m de distancia con el lector. El otro inconveniente es su memoria, cuya capacidad no supera los 20 kB; además de que son muy pocos los modelos en los que se puede reescribir la información. Por estos motivos, son utilizados en aplicaciones más sencillas, algunas de las cuales veremos más adelante.
Tag activo
Por otro lado, tenemos a los conocidos como tags activos, el cual se caracteriza por requerir una fuente externa de energía, en otras palabras, una batería. Dicho complemento permite amplificar las capacidades y posibilidades del tag. Sin embargo, el precio por unidad aumenta considerablemente, encontrándose en un rango de 90 dólares dependiendo del modelo.
El costo de estos tags es una de las razones por las que no ha llegado a despuntar. Más aun considerando que para implementar un sistema RFID se requieren una buena cantidad de este componente. Aunque se puede decir que sus parámetros de funcionamiento igual dan un gran salto en comparación a su contraparte pasiva.
Un ejemplo de ello es su rango de operación, el cual tiene la capacidad de mantenerse activo a distancias de hasta 100 m del lector en algunos modelos. En cuanto a la memoria, ésta es de mayor tamaño, alcanzando un almacenamiento de hasta 128 kB. Además de que puede ser sobrescrita o reescrita; tanto por un operador como por un controlador de manera automática.
Aplicaciones
Al conocer a fondo esta tecnología, seguro van llegando a tu mente algunos ejemplos donde la has visto, pero no la identificabas como tal. En cualquier caso, a continuación, te mostraremos algunas situaciones en las que se utiliza la RFID. Ya sea para que con unos ejemplos entiendas mejor este concepto.
Usos simples dentro de comercios y seguridad
Al inicio de este artículo mencionamos el ejemplo de Amazon Go y su aplicación de la identificación por radiofrecuencia. Este es un caso donde depende en gran parte de las capacidades de esta tecnología. Sin embargo, también se utiliza en distintos negocios con fines más simples, principalmente por motivos de seguridad. Por lo mismo, en la gran mayoría de los casos se opta por utilizar tags pasivos.
Para empezar en muchas tiendas agregan un tag pasivo a sus productos, y colocan un lector en la entrada del establecimiento. De esta forma cuando entra en el rango del lector, suena una alarma. Esto se ve mucho en comercios de videojuegos o películas, donde ponen al producto dentro de un protector de acrílico con el tag, y al realizar la compra lo retiran para poder sacar el producto sin problemas.
Asimismo, en algunas tiendas los empleados cuentan con un lector RFID que cargan para poder visualizar las características de un producto determinado; de tal forma, al consultarlo, brinda la información necesaria sobre un objeto específico. O en otros casos, el cliente puede utilizar el lector para ir registrando los productos que desea adquirir, cargando con un carrito de compras virtual. Su uso representa para los establecimientos una ventaja respecto a sus competidores.
También, este sistema se ha adoptado en muchos hoteles, donde la llave de tu habitación es una tarjeta que, al acercarla lo suficiente al lector, desbloquea la cerradura. Algo parecido sucede con algunas llaves de automóviles, principalmente con los que ya se encienden mediante un botón. Donde el coche, que en este caso funge como lector, debe detectar que se encuentra la llave cerca para poder encenderse.
Finalmente, otro uso práctico de este sistema en muchas empresas es con fines de seguridad e identificación de sus empleados. Muchas compañías integran esta tecnología dentro de las identificaciones en donde colocan lectores en la gran mayoría de puertas. Las cuales se desbloquean cuando se detecta el tag que trae consigo el trabajador.
Asimismo, incluye la información del empleado, por lo que el lector puede registrar quien utilizó la puerta y a qué hora. Cabe mencionar que, en casos más especiales, se le puede denegar u otorgar el acceso a un empleado a ciertas áreas, dependiendo de su puesto.
Funciones más comunes dentro de la industria
Esta tecnología igual se utiliza dentro de espacios industriales, ya sea por propósitos de seguridad, como los vistos anteriormente, o como una herramienta para mejorar la cadena de suministro. Principalmente con la finalidad de ubicar al producto en la medida de lo posible, cosa que se puede lograr incluso con un tag pasivo. De esta forma, cada vez que el objeto marcado atraviesa un lector, éste lo registra junto con la hora en la que pasó y así se puede mantener la trazabilidad del producto en cuestión.
Por último, es posible identificar la ubicación exacta de un objeto dentro de un espacio definido, algo especialmente útil en almacenes. Ya dependerá del tamaño del almacén si se utiliza un tag activo o uno pasivo. Además, mejora la organización y reduce el tiempo perdido en movimiento de producto o herramientas.
Los comentarios aquí expresados son responsabilidad del autor y no reflejan la posición de Autmix Industrial Group.
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